Cómo defender el bosque con comunicación digital y formación: así se creó la iniciativa ´FÉNIX Gran Canaria´

FÉNIX es una iniciativa de educación forestal nacida en Gran Canaria. Un proyecto innovador que fomenta la recuperación de los bosques mediante contenido colaborativo. Sus promotores han ido ubicando diferentes tótem en localizaciones de toda la isla, incentivando que los excursionistas tomen fotos del bosque, creando un enorme archivo gráfico de su recuperación, en movimiento y bajo encuadres idénticos. Impulsado por un equipo de técnicos medioambientales y profesionales de la comunicación, FÉNIX suma apoyo de empresas públicas y privadas. Pudimos hablar con Alba Quadrado, Juan Guzmán y Roberto Castro y nos contaron lo que han logrado poner en marcha.


¿Cómo nace el proyecto Fénix Gran Canaria?

Roberto Castro: En el último gran incendio, cuándo el fuego estaba controlado, recuerdo una llamada con Juan. Hablamos sobre qué impacto tendría el incendio, qué municipios quedarían afectados. Juan planteaba que aunque habría zonas que no íbamos a recuperar, -sobre todo de Pino Radiata, porque esos pinos no vuelven a rebrotar-, la mayor parte del área afectada sí se podría recuperar por tratarse de zonas con una capacidad de autoregeneración brutal.

Recuerdo también que al poco empezamos a escuchar noticias en los medios que contaban algo así como: “hay que subir todos a reforestar la cumbre, ir todos a recuperarla, etc..

Fue ahí, tras esa conversación, y también por un proyecto anterior que habíamos conocido de seguimiento de flora en Estados Unidos, fue entonces que nos planteamos este proyecto. Aquí, en la isla. Con la intención de hacer ver que el bosque, sobre todo el de Pino Canario, tiene una capacidad de recuperación enorme, por sí mismo. Sólo hay que dejarlo que se recupere, actuando quirúrgicamente. Lo que pensamos fue impulsar que la gente pudiera ayudar, pero tomando fotografías. Para que se viera ese proceso de recuperación, poder ir contándolo.

 

Juan Guzmán: Recuerdo otro momento, cuando aún no se había controlado el incendio y la tensión era muy grande. No sólo entre los combatientes sino que se sufría entre todos, estuvieran trabajando en la extinción o no. En ese momento vimos dos incendios: el incendio del bosque, el incendio real, por un lado. Y luego un 2º incendio, en las redes sociales, donde todo el mundo opinaba, todo el mundo era ingeniero forestal, todos sabían y criticaban. Y llegaban a convencerse de que como la isla ya se había quemado no podría volverse a quemar.

Cambiar esa idea nos parece ahora lo importante. Porque la isla se puede volver a quemar, una y mil veces más. De hecho hay zonas del incendio de 2017 que volvían a arder en 2019. Y lo que ha ardido en 2019 podría quemarse de nuevo, con mayor intensidad. Y en vez de verse afectadas 3 casas puede ser que se vean afectadas 30 o 40. La gente tiende a creer que esto ocurrió como por accidente, y así de esa forma pensaremos que no puede volver a ocurrir. Pero no es así..

Lo más relevante ahora es aprender

Por supuesto que reforestar está bien, es necesario. Pero lo relevante ahora es aprender. Para opinar con conocimiento de causa. Recuerdo escuchar una frase a Antonio Morales, no sé si la cita es de él, que venía a decir que ‘una sociedad bien informada es una sociedad más segura’. Pues vamos por ahí, con esa idea trabajamos, orientándonos a un perfil entre 30 a 40 años, nos dirigimos a ellos. Serán la generación que gestionará la isla los próximos 20 años. Por eso trabajamos la comunicación por redes sociales, para llegar a ellos. Y que entiendan de esto y luego sepan de lo que hablan.

 
 

 
 

Roberto: Nosotros, que somos del gremio, siempre pensamos que en todo esto había carencias desde el punto de vista de la comunicación. Aunque hay que decir que no ocurrió así en la Emergencia, en donde se realizó un trabajo muy bueno, y se hizo muy buena comunicación en todas las intervenciones de los técnicos del Cabildo, explicando la situación a la sociedad. Eso creo se notó.

Pero el problema llega en lo que viene después del incendio. Ahí vimos que se necesitaba seguir esa línea de comunicación, haciendo partícipe al ciudadano del proceso de recuperación, utilizando un lenguaje cercano. Empezando por explicar todas las cosas que ya se hicieron en la cumbre de Gran Canaria, y explicando lo que se sigue haciendo. Para acercar el conocimiento forestal a la ciudadanía.

Pues entendiendo eso, como no teníamos esa experiencia en la comunicación, decidimos apoyarnos en profesionales de las redes como Alba, que fue quien ayudó a modular todo, a crear una imagen, una marca, a trazar un lenguaje claro.

 
 

Ahora, con todo lo que ha pasado con los incendios, ¿los grancanarios estamos concienciados sobre la importancia de consumir producto local?

Juan: La gente está volviendo a recordar los incendios ahora, cuando vuelve el calor…y fíjate sólo en lo que ya tuvimos este año en Tasarte, que fue algo realmente extraño. Sí creo que con el confinamiento habrá habido como mínimo una reflexión. Sobre todo porque esto al final también se ha generado por un tema ambiental. Hemos ido más allá, y hemos metido la mano en una cueva oscura y nos ha mordido una serpiente. Todo eso se tiene que notar.

De todas formas, vemos que a la gente aún le cuesta mucho subir a la cumbre. Porque tiene esa sensibilidad, un sentimiento como de ‘qué pena, ahora está todo feo, hasta que no esté verde no vuelvo a subir, etc..’ Y es justo lo peor que se puede hacer, lo peor. Hay que subir a la cumbre, porque hay gente que lo está pasando muy mal.

 

Uno de los elementos singulares en FÉNIX es haber sabido entender desde el principio la importancia de la comunicación. Tradicionalmente los proyectos de activismo medioambiental planteaban su difusión como último paso.

Alba Quadrado: Sí, Juan y Roberto, como técnicos e ingenieros forestales, comunican muy bien entre su propio gremio y pueden explicar perfectamente qué significa situar uno de los tótem del proyecto en su ubicación, o el porqué de la importancia de ese espacio natural, cuál ha sido la vegetación afectada por un incendio, contextualizar cómo ha podido afectar a la isla, etc. ¿Pero esto cómo lo llevas al resto de la población?

Realmente la función de la comunicación no debe llevarte a que un día cualquiera, porque hoy me levanto ‘inspirada’, decida compartir un contenido equis en redes sociales. No funciona así. Nosotros tenemos una estrategia de contenidos, a largo plazo, donde vamos narrando algo así como una historia. Y hablamos de prevención, de la repercusión de las acciones, hablamos de concienciación.

Hablamos de prevención, hablamos de concienciación

Todos estos temas los vamos lanzando estratégicamente, remarcando ciertos hitos durante el año, por ejemplo ahora, que se acerca la fecha de aniversario del incendio forestal de 2019. Pensamos en qué podemos comunicar bajo el marco de esa estrategia, y así los contenidos de FÉNIX quedan alineados con los objetivos a comunicar, creando un mensaje adaptado al público que pretendemos alcanzar.

De nada nos vale hablar continuamente con tecnicismos. Eso no permitirá que lleguemos a una ciudadana normal, a una audiencia normal. Si queremos trasladar a un público amplio las razones por las que conviene subir al bosque, y explicar que esa es la mejor forma de contribuir, entonces necesitaremos contarlo de forma fácil de entender.

– Juan:  Antes nos preguntabas si FÉNIX era un proyecto de comunicación. Y sí lo es, porque FÉNIX es sobre todo un proyecto de comunicación. Lo que queremos es eso, que los árboles hablen con la gente. O al revés.

Buscamos comunicar de forma sencilla

– Roberto:  Al hilo de esto, el tótem para nosotros se ha convertido en algo parecido a un símbolo. Aparte de su funcionalidad, representa todo el proyecto.

– Juan: De todas formas en los contenidos no sólo nos referimos a los tótem. Sí que hablamos del contenido que generan, claro, pero también de muchas cosas más. Hemos ido nombrando otros temas forestales, también de zonas del sur de la isla, en áreas que no se han quemado. Vamos tocando todo tipo de temas, nos salimos del incendio..

 
 
 
¿Cómo nace la idea de generar contenido colaborativo con unos tótem?

– Roberto: Había visto un proyecto en Inglaterra de seguimiento de procesos erosivos en la costa, algo parecido. Aunque era más una especie de poyete en el que te ponías con el móvil y sacabas una foto. Y después en Estados Unidos, otro proyecto de seguimiento de paisajes y zonas quemadas, pero aquello era más una estructura metálica. Sumé los dos proyectos y empezamos a dar vueltas a la idea.

Queríamos que el soporte fuera de madera, algo simple, una única pieza. Y fue así que elegimos hacer tótems tallados. Tuvimos que fabricarlo en dos piezas porque en la máquina de grabado no cabía el tótem inicial.

 

Elegimos hacer tótems tallados, fabricarlos aquí

Quizás pudimos haber buscado una solución más barata. Pero bueno, fue difícil dar con un carpintero que hiciera algo así en la isla, tan fuera de lo normal.

– Juan:
Piensa también en la cantidad de móviles que hay en el mercado. Porque cuando por fin creíamos que lo teníamos, en el móvil de Roberto salía estupenda la foto pero en el mío salía fotografiado un cacho de madera jajaja

– Roberto:
Sí, tuvimos que hacer muchas pruebas, prever la inclinación, para que la foto no saliese ni muy horizontal ni muy vertical. Pero el proceso de diseño fue divertido. Y también lo pasamos muy bien en las salidas de campo para encontrar las mejores ubicaciones para instalar los tótem.

– Juan:
Todos lugares bien pensados, porque cada uno debía contar algo diferente al resto.

– Roberto:
Sí, ahí en esa parte Juan hizo una primera aproximación sobre el mapa, buscando puntos de ubicación. Pero luego había que acercarse hasta allí, ver si aquello resultaba el mejor lugar. Nos inventamos un trípode y colocábamos el móvil, Juan estuvo aplomando, marcando por el suelo. La verdad, ese proceso fue muy divertido.

 
 

¿Cuál es el perfil de gente que está haciendo fotos, creando contenido con los tótem?

– Alba: Al principio, antes del confinamiento, había más turistas que locales. Ocurría que teníamos turistas que encontraban el tótem, de repente. Se enteraban cuando ya estaban allí. Pero como los tótem estaban en inglés lo entendían, eso es lo bueno.

En las semanas del confinamiento, lógicamente no se generaron fotos. Ahora sí estamos empezando a recoger el esfuerzo de estos meses, el trabajo está dando resultado y los propios ciudadanos están siendo los mejores prescriptores.

Pon por ejemplo que compartimos la foto que tomó alguien en uno de los tótem. Luego a su vez, esa persona que tomó la foto compartirá nuestra publicación, entre sus seguidores. Piensa que cuando un usuario comparte algo gana una cierta influencia, cierta autoridad entre su público, que va a confiar en lo que está recomendando.

Ya vemos muchas personas influyentes dentro del mundo del running, o del trail, que son referentes para el grupo de gente que practica deportes de naturaleza, que comparten nuestros contenidos. Antes del covid-19 los turistas eran el perfil que tomaba fotos, pero eso ha cambiado y ahora son los locales. Hay que tener en cuenta que la gente tras el confinamiento busca estar al aire libre, alejados de concentraciones de muchas personas, ocurre así al menos con los que suben a la cumbre.

Es ahora la gente local la que más comparten contenido

 

Juan: También es verdad que si no hubiera sido por el confinamiento el número de turistas haciendo fotos tendría que haber ido creciendo paulatinamente..

Roberto: Y no hay que olvidar que el proyecto se concibió para 2 años, lo que en principio estimamos que podía llevar recuperarse al bosque. Luego ocurrió el confinamiento y han sido 3 meses en los que nadie subió a la cumbre.

Pero el bosque no se puede pensar ni entender en una escala temporal de 2 años o de 3. Este proyecto podría estar vivo 5 años o más, perfectamente.

Debemos pensar en otra escala, ya que los árboles no crecen más rápido por mucho que los abones. A día de hoy, tanto Fénix como muchísimos otros profesionales, mucha gente que ama la cumbre, van siguiendo el camino de un grupo de visionarios, iniciado hace ya 50 años.

El bosque no se puede entender en nuestra escala temporal

Ellos entendieron todo esto mucho antes y empezaron a plantar en terrenos donde sólo podías encontrar cabras..

Juan: También hay que recalcar que durante el confinamiento el proyecto no paró. La gente no subía a la Cumbre a hacer fotos, pero las publicaciones se mantuvieron siempre…

 
 

¿Se podría integrar mejor la isla interior, todo lo referido al bosque, en la comunicación turística que hacemos comúnmente?

– Juan: Con FÉNIX creo que hemos abierto una puerta. Con esto no quiero decir que estemos haciendo aquello que la Administración debía hacer, pero sí, un proyecto así podría haber nacido por ejemplo en Medio Ambiente. Y seguramente ya se ha pensado algo así antes, alguna iniciativa parecida, y por las razones que fuera no habrá salido adelante. Pero de una forma u otra lo que estamos haciendo con FÉNIX sí nos parece algo novedoso.

Roberto: Yo que soy gallego, -aunque llevo 15 años en la isla-, sí creo que a veces no terminamos de contar bien todo lo que se tiene aquí. Cuando subo a la cumbre me obligo a recordar el valor tan grande que tiene el pinar canario. Subir a la cumbre, en pleno enero, con un cielo totalmente azul, con un pino verde como el canario que es esplendoroso, es algo que encuentras en muy pocos lugares.

Piensa que el turista del norte de Europa está acostumbrado a otro tipo de vegetación. Esto que tenemos en Gran Canaria no se ve en muchos sitios del mundo. Los barrancos, con esas caídas, con los pinos colgando de las laderas. Esa textura rojiza con el pino canario de fondo. En el norte de Europa por supuesto puedes encontrar pinares, pero siempre sobre un sotobosque verde. Esto es completamente distinto. Y es mágico.

Y ya no se trata de contar el tópico de ‘playa y montaña’. Voy más allá. Lo que tiene la cumbre no lo vas a poder encontrar en otros lugares.
 

Lo que tiene la Cumbre no lo encuentras en otros lugares

Juan: Todo esto además lo estamos mezclando con el tema del incendio. Porque el incendio sigue estando ahí. Nosotros no sólo estamos ‘vendiendo’ los espacios naturales de Gran Canaria. Estamos contando los valores naturales de la isla, mezclándolo con lo del incendio, con ese mensaje positivo de que todo volverá a ser cómo era, pero al tiempo intentando que la gente comprenda los por qué. Y que entienda lo difícil que es mantener el bosque, qué problemas tiene. Contando cómo puede colaborar.

 
 

 
 
 
¿Les interesaría cerrar colaboraciones con empresas hoteleras de la isla?

Juan: En el sector turístico, aparte del Patronato de Turismo, estábamos empezando a trabajar con un grupo hotelero fuerte, pero ahora con el covid-19 todo se ha parado.

Alba: Hay que tener en cuenta que el turista que tradicionalmente viene a la isla es cliente de turoperación, llega con paquete cerrado. En cambio, si hablamos de viajeros, sí creo que se podría apostar por colaborar con casas rurales y alojamientos vacacionales y aquí quizás el Patronato de Turismo puede ser un buen partner para conseguirlo.

Creemos que este proyecto interesa orientarlo también a los repetidores. Tenemos una tasa de repetición muy alta, y los turistas que han ido viniendo conocen el tema de los incendios y es interesante que vean la evolución de la recuperación. Claro que también habrá otro tipo de turistas que se quedan en la playa y de esto ni se enterarán…

Juan: Vemos que esta forma positiva de ‘vender la isla’ sorprende al turista. Cuando encuentra el tótem y entiende de qué va el proyecto FÉNIX, se queda encantado, porque esto no lo llegas a encontrar en ninguna otra parte. Tengo por ejemplo un buen amigo en EEUU, que también es forestal y trabaja en California, al que conté el proyecto, por saber si allí tienen algo parecido, ya que los americanos suelen ser los primeros en tantas cosas jajajaja. Pues me contestó que no, que algo exactamente así no, no conocía nada parecido. Esto es un modelo innovador que un poco sin querer hemos ido ‘pariendo’ entre todos.
 

Esta forma positiva de ‘vender’ la isla sorprende al turista

Roberto: Piensa luego en Gran Canaria, cuando se quiere vender excursiones al turista que está en el sur y al que le apetece subir a la Cumbre, no sé por qué ocurre que parece que se quiere vender sólo el icono del Roque Nublo. Eso genera un grave problema de capacidad de carga. Y además la isla tiene muchísimo más que el Roque Nublo.

Después, por otro lado, tenemos el ejemplo de proyectos que nacieron de manera humilde, pequeñitos, y se han convertido con los años en referentes mundiales, como la TransGranCanaria. También la isla está cada vez mejor posicionada en el segmento cicloturista.

En definitiva, si bien nuestro modelo turístico de sol y playa no va a cambiar, sí hay un nicho interesante por trabajar de gente que quiere disfrutar de la cumbre, un nicho que se puede gestionar de manera sostenible.

 
 

 
 

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**Reportaje gráfico: Arcadio Suárez