Nacho Gonzalez Oramas trabajando en la Rama de Agaete

Nacho Glez. Oramas, uno de los grandes fotógrafos turísticos de Canarias, nos cuenta secretos de su trabajo.

El archivo fotográfico de Nacho González Oramas guarda como pocos el recuerdo de los últimos años de la cultura y las fiestas populares de Canarias. Una memoria impagable de una generación de creadores, tras miles de horas de trabajo en miles de eventos, atrapando imágenes de compañías de teatro y de grandes músicos en su paso por las islas. Fotoperiodista de larga carrera, Nacho es también autor de un enorme portfolio sobre paisajes naturales de Gran Canaria, siendo uno de los fotógrafos canarios más activos en la composición de nuestra imagen turística en la Red.

 

¿Cómo llegaste a la fotografía? ¿Recuerdas la primera cámara, las primeras fotos?

Creo que siempre me interesó este mundo. Yo me recuerdo de pequeñito jugando con una garrafa de agua a ser un cámara, jugando a ser reportero de televisión. Luego en la primera comunión me regalaron mi primera cámara de formato medio, de plástico. Aunque no fue hasta los 14 o 15 años cuando un amigo que trabajaba de fotógrafo en una agencia me enseñó a revelar. Al mismo tiempo, estudiando en la Universidad Laboral, un grupo de alumnos creamos el taller de fotografía…

 

¿Y tu primera cámara en condiciones cuál fue?

Como todos los fotógrafos de mi generación empecé con una Zenit. Eran unas cámaras rusas, que entraban por el Puerto. Tuve un par de esas cámaras, un par de Zenit. Muy robustas y mecánicas, ideales para aprender técnica.

 

¿Tu primer cliente?

Con dieciocho años empecé a trabajar para la Dirección General de Juventud, ese fue mi primer cliente. Hacía muchos espectáculos, conciertos, cubría eventos de ocio y cultura. Muy relacionado con lo que hago ahora, ya que sigo trabajando como fotógrafo del Auditorio Alfredo Kraus, Teatro Pérez Galdós, Festival de Jazz, Festival de Ópera, CAAM….

 

Hoy vivimos esta Era Digital de consumo ultra-rápido, en la que la fotografía se convirtió en algo masivo. ¿Ese acceso fácil aumentó la cultura visual de la gente o abarató la profesión de fotógrafo?

El consumo de fotografía sí ha crecido, claro. Pero la cultura visual no sabría decir si aumentó. Ese tema realmente tiene muchas aristas. Una de esas aristas sería matizar lo que es la profesión en sí misma. Un profesional es quien vive y realiza una actividad dentro de la legalidad. Indudablemente hay cada vez más gente que hace fotografía, y no se acaba de entender que esto es una profesión.

Por otra parte, la revolución digital ha traído cosas muy buenas, pero también malos vicios. La fotografía analógica es más consciente, mientras que la fotografía digital trajo la inmediatez, llevándose en muchos casos el ‘instante decisivo’ del que hablaba Cartier-Bresson. Ahora se toman millones de fotos, pero con menor conciencia y a veces ninguna es la buena. Antes se hacían muchas menos fotografías, pero con más conciencia y mayor durabilidad. Esto contribuía al reconocimiento, logrando que esas imágenes fueran guardadas como referentes.

Creo que todo esto está muy relacionado con la memoria. Las personas construimos nuestra historia en base a algunas imágenes significativas, tanto en lo personal como en lo laboral. Pero ahora vivimos inmersos en tal borrachera de fotos efímeras que ninguna cala en nuestros recuerdos. Circulan millones de selfies, millones de capturas, pero ninguna llega a la categoría de icónica.

Tullio Gatti, un modelo a reivindicar

Si esto lo extrapolamos al caso de Canarias, por ejemplo, podríamos pensar en una persona que habría que reivindicar, Tullio Gatti, fue el primero que se dedicó a la fotografía turística de Canarias. Sus postales marcaron tendencia. Suyas son al menos 3 o 4 fotos que fueron referentes y marcaron un antes y después en la fotografía de paisajes en Canarias. Recuerdo por ejemplo su imagen de la barquita junto al Dedo de Dios, con las gaviotas volando detrás. O una foto de las Dunas de Maspalomas con camellos, o las primeras fotografías del Roque Nublo navegando sobre el mar de nubes.

¿Por qué las recordamos? Aparte de por su calidad, las recordamos porque eran únicas, novedosas y porque fueron observadas y ‘degustadas’ durante mucho tiempo. Ahora, en cambio, todo es tan efímero que ninguna foto toma esa dimensión.

Dicho esto, la fotografía digital también nos ha traído una serie de recursos técnicos increíbles. Cosas que antes eran muy difíciles de hacer, pues ahora sí que puedes. Antes tenías un carrete con unas características y sensibilidad cerrada. Ahora dispones de infinitas posibilidades, ya que puedes hacer cada toma con parámetros distintos.

 
 

 

 

 

 

¿Te gusta la postproducción, esa parte del trabajo?

Los fotógrafos profesionales trabajamos en RAW, un archivo crudo, y hay que cocinarlo. Esto permite optimizar, buscar detalle o igualar luces de una forma increíble. Cualquier fotografía hoy en día se edita buscando extraer lo mejor del archivo digital. Otra cosa es que inventemos cosas, eso sería un montaje. Pero no falseamos nada, ni montamos nada que no esté en el original.

Realmente hemos ganado muchísimo. Por ejemplo, en la fotografía nocturna, uno de los campos que más me gustan. Ahora con la fotografía digital somos capaces de trabajar en condiciones supercríticas, sacando detalles que en principio la cámara no ve, pero que sí quedan en el archivo.

 

Las vacaciones se venden en gran medida mediante imágenes. No hay un sector tan saturado de imágenes como el turismo, porque hoy un viajero que no fotografía las vacaciones y las sube a Internet es casi un extravagante. ¿Puede una marca diferenciar su comunicación gráfica en esa montaña de fotografía amateur?

Por mi experiencia, por lo que veo en Facebook, Instagram y en mis propias redes, lo que funciona es lo inmediato. Lo tengo muy comprobado, cuando cuelgas una foto y en el texto pones “hoy” el post funciona. Es la bomba. En cambio, si cuelgas esa misma foto sin especificar que es del día, no llega tanto.

En el trabajo que hago me gusta transmitir las vivencias que ofrece la isla, casi en tiempo real. Porque creo que lo que busca el turista es un poco eso, vivir emociones. Y es muy importante hacer visible que en un territorio tan pequeño hay a mano infinitas posibilidades de encontrar vivencias personales, distintas. Ese contar, enseñar y difundir lo que nos hace únicos, me parece valiosísimo.

 

 

 
 

No entiendo de marcas, pero sé que vivimos en un territorio donde continuamente suceden cosas relacionadas con cultura, paisaje, gastronomía, etc.. Un territorio maravilloso con muchísimas experiencias que nos identifican, que debemos enseñar y poner en valor.

Hay un montón de turistas recurrentes que siguen mis redes. Personas que han venido varias veces a la isla, que están atentos a las publicaciones que hago, para ver qué pasó en Gran Canaria hoy, aunque estén en Suecia o Noruega, en donde sea. Les agrada ver si hace buen día en Las Canteras o se interesan por ver cómo ha ido La Rama o quieren simplemente saber cómo se lo ha pasado la gente. Por eso creo que deberíamos alejarnos del estereotipo de destino de sol y playa –creo de hecho que ya nos hemos distanciado bastante– para empezar a vender en el exterior como es realmente la vida aquí, en la isla.

 

¿Qué tiene de especial Gran Canaria a ojos de un fotógrafo?

Vivo, trabajo y aprovecho la luz de la isla con cada uno de sus matices. Me encanta octubre, un mes maravilloso con días muy cortos pero con los atardeceres y amaneceres más bonitos del año.

Siempre hablamos de la renombrada ‘luz de Canarias‘, que se pone como valor en alza. Pero la luz de aquí es muy dura. Hay demasiada luz y demasiada sombra. Los mejores momentos de luz, los momentos buenos, son realmente muy cortos. Cuanto más al norte del globo vayas te encontrarás amaneceres más largos. Puedes toparte con amaneceres de hasta tres horas. Aquí en cambio el amanecer y el atardecer son rápidos. Y tenemos por contra un período muy largo de luz, muy dura, cenital, que no es la mejor para hacer fotografía agraciada…

Hay otra cosa que pongo en valor, de la que no sé si la gente es consciente. Vivimos en una isla, y en concreto en Las Palmas de Gran Canaria, en un istmo, con la gran suerte de poder ver salir y ponerse el sol diariamente. Contemplar el sol saliendo del mar, o ver el rayo verde, son experiencias fáciles de encontrar en una isla. El reflejo de la luna sobre el mar, por ejemplo, algo espectacular. Por no hablar de los cielos nocturnos. Por eso creo que habría que potenciar todo lo relativo a la Reserva de la Biosfera y trabajar el “Destino Turístico Starlight”. Contamos con un grandísimo potencial para el turismo astronómico, algo que puede llegar a desarrollarse mucho más.

 

¿Qué espacios de la isla te interesan más?

Me encanta el paisaje reconocible, todo aquello que nos identifica. Gran Canaria tiene unos cuantos iconos visuales que a mí particularmente me interesan; el Bentayga, el Nublo, las Canteras, los Riscos, o incluso la imagen del Teide visto desde aquí, desde Gran Canaria. Son todos referentes emocionales que hacen que la gente se sienta identificada con un territorio.

Me interesa todo aquello que nos identifica

 

 

 

 

 

Queremos preguntarte por la tendencia al alza del video, que gana importancia en comunicación turística. ¿Cómo destaca su trabajo un fotógrafo profesional entre tanta pieza de video que circula en redes sociales?

A mí particularmente me aburren muchos videos que encuentro en Redes Sociales. No sé, los típicos con gran angular, con música comercial sin derechos, me parecen todos iguales. Creo que el video será el futuro, claro, pero con contenidos cuidados, con calidad. Y no veo tanto futuro a los formatos machacones de consumo rápido que se preparan ahora para los móviles.

De todas formas, también piensa que encontrarte con una buena foto es impactante y viral; una buena fotografía, ufff, eso nunca se va a perder, hay fotos que te obligan a mirar, te obligan a pensar y trasmiten información y emociones. Creo que al final hablamos de dos formatos que tienen que convivir.

 

Hay una cierta fiebre entre los profesionales de la comunicación por ser multidisciplinares. Ahora se pide saber fotografiar, escribir bien, editar, grabar imágenes, dominar redes, producir de principio a fin. ¿Se pueden hacer bien tantas cosas, o prefieres la figura del ‘artesano de un único oficio’?

Yo siempre he tenido un discurso muy reivindicativo y dignificador de mi profesión. Evidentemente estamos hoy en un mercado laboral en el que todo se está diluyendo. Pero en mi opinión, y en mi caso particular, si yo tengo que hacer una buena foto no puedo estar concentrado en hacer también el video, o en hacer una entrevista.

Entiendo que las redes sociales son importantes pero también te diría que a veces no lo son tanto… Hay veces que te piden una foto para subirla ya, y tiene que ser para ya porque la necesitan para volcarla rápido en Facebook o Twitter o Instagram, etc… Y yo necesito reposar antes la foto, estar bien atento, muy atento a aquello que fotografío. Porque de lo contrario la foto no va a salir del todo bien, saldrá algo desenfocada, o saldrá alguien con los ojos cerrados, o simplemente no vas a encontrar la foto que estás buscando. Por eso pienso que con la rapidez hay que tener una cierta mesura..

Reivindico mi profesión, la profesión de fotógrafo. Entiendo que no todo el mundo se puede permitir tener un fotógrafo en plantilla, o un redactor. Pero a veces sí es bueno tener un profesional de cada cosa….

Reivindico mi profesión, la profesión de fotógrafo

 

 

 

 

También querríamos pedirte alguna recomendación. ¿Un fotógrafo o fotógrafa que sea para ti un referente creativo?

¿Nombres de la Historia de la fotografía? Pues hombre, en ese caso, como vengo del fotoperiodismo, tendría que nombrar a Henri Cartier-Bresson, el maestro que nombraba antes. Para mí es el mayor referente. Su ‘instante decisivo‘ creo lo define todo. ¿Cuándo es buena una fotografía? Pues cuando no sobra nada. Y cuando te da todo. El conjunto decisivo, donde se resuelven todos los elementos técnicos y donde consigues una unión armónica de la luz y de todos los elementos de la composición, ya sean personas o paisaje. Esa armonía es el instante decisivo de Cartier-Bresson.

Luego hay muchísimos más fotógrafos que me interesan, grandes maestros. No sé, podría citar muchos. Por ejemplo, Annie Leibovitz, una gran referente en el retrato. O por ejemplo Ansel Adams, maestro en la fotografía de paisajes en blanco y negro. Pero hay muchísimos fotógrafos interesantes, también a nivel nacional, los hay buenísimos…

 

¿Y compañeros en Canarias? ¿Quién tienen obra que sigas con atención?

A nivel local tenemos fotógrafos de primera línea, en las islas tenemos autores de talla enorme. Me gusta el trabajo de mucha gente, y me meto en un problema si tengo que nombrar sólo a uno, porque además dejo a muchos amigos atrás.

Pero si hablamos de fotoperiodismo nombraría a Arcadio Suárez, porque me parece un profesional con un nivel altísimo. Con un don innato y una trayectoria constante. Su trabajo siempre tiene nivel, cuida los detalles y tiene muchísima empatía personal, algo muy importante en fotoperiodismo.

Luego, a nivel de paisajes, en Canarias también tenemos muchísimos fotógrafos buenos. Por nombrar sólo a uno, nombraría por ejemplo a Saúl Santos, que tiene obra muy reconocida y una calidad de primera línea. Es una figura mundial en la fotografía de paisajes. Pero es que me dejo muchísima gente atrás, ¡en Canarias hay gente muy buena!! Desde fotografía de retrato, a fotografía de bodas, aquí hay grandísimos fotógrafos.

 

¿Un libro de fotografías que recomendarías como regalo?

Bueno, esa tampoco es fácil. Porque hay muchísimos. No sé, se me viene ahora a la cabeza alguno de los libros de Annie Leibovitz. Recuerdo uno que recopilaba toda su trayectoria durante 20 años, aquel libro que tenía en portada el retrato de Lennon y Yoko Ono, en el Dakota, poco antes de que muriera John Lennon. Recomendaría por ejemplo ese libro.

También tengo libros de Helmut Newton, que me parece un fotógrafo enorme. Los recomendaría. Sus retratos me parecen bestiales. Quizás no son tan refinados estéticamente como los de Annie Leibovitz, pero los retratos de Helmut Newton tienen una carga y una fuerza tan grande… No sé cómo explicarlo, pero son increíbles…

 

¿Un libro caro pero valioso que te auto-regalarías una y mil veces?

Cualquier libro de Sebastiao Salgado, un fotógrafo que marcó una época. Son libros que recomendaría, todos muy bien editados. Cualquiera de ellos.

 

¿Un viaje soñado para hacer turismo fotográfico?

Acabo de hacer uno de esos viajes soñados, a Chile. Allí disfruté de un eclipse de sol total, de los fabulosos cielos australes y los increíbles paisajes del Desierto de Atacama. Pura fotografía, todo!

Me gustaría volver. El año que viene, en diciembre de 2020, otro eclipse de sol total se podrá ver en el sur de Argentina y de Chile. También me gustaría viajar alguna vez a la Antártida, fotografiar las auroras boreales o la luz de las tardes africanas… ese es el tipo de viajes que sueño poder hacer algún día.

 

¿Un lugar en la costa de Gran Canaria para fotografiar el mar?

Me quedo con toda la Costa Noroeste. Desde Sardina con su Farallón o La Cola de Dragón, o Guayedra, Las Salinas, y las puestas de sol que se ven desde allí.

 

¿Un rincón de la cumbre de Gran Canaria para fotografiar de noche?

Elegiría la Mesa de Acusa.

 

¿Canon o Nikon?

Nikon. Sólo tuve un verano infiel con una Canon…jejeje

 

 

 

Por favor recomiéndanos un paisaje de Gran Canaria que se salga de lo tópico, pero que pueda representar el carácter de la isla, y pueda ser imagen gigante en una gran valla publicitaria.

Pues volvería a nombrar la Mesa de Acusa. Tengo un par de fotos que tomé allí que han gustado mucho. Porque estamos muy acostumbrados a ver la puesta de sol desde el Pico de las Nieves, pero esa imagen igual está ya muy trillada. En cambio, la otra foto igual no se conoce tanto. La vista desde Acusa donde ves el Macizo del Bentayga, el Nublo, el atardecer, esa luz roja…

Aparte de eso, creo que esa imagen insulariza mucho más la imagen de Gran Canaria, porque no tenemos ahí la carga emocional tan fuerte del Teide. Esa es una vista espectacular.

 

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**Reportaje gráfico: fotoretratos de Arcadio Suárez + fotos Archivo de Nacho Glez. Oramas