Masequera Almeida es la emprendedora que impulsa Handmade Tours, una empresa local de creación de experiencias turísticas, especializada en agroenoturismo y en tours gastronómicos en Gran Canaria. Defensora convencida de la singularidad del mundo rural en la isla, del valor de nuestro patrimonio, y de la necesidad de reinventar la visita turística para acercarla a ritmos lentos y a tiempos más humanos. Pudimos hablar con Masequera de emprendeduría, de turismo responsable o de la compleja experiencia de sacar adelante un proyecto personal contra viento y marea, a base de mucho corazón, en los tiempos del Covid.
Masequera, ¿qué te lleva a crear Handmade Tours? ¿Cuáles fueron tus primeros pasos en el proyecto?
Soy de esas personas que necesitan estar en evolución constante, aprender, desarrollar, crecer, siempre quiero más en mi trabajo. Por eso cuando tuve claro la idea de diseñar unos itinerarios enoagroturísticos en Gran Canaria, y mostrar la parte rural de la isla a través de su patrimonio inmaterial, toda mi energía quedó concentrada en cómo hacerlo posible. Porque realmente no tenía ni idea de cómo emprender. Así que en el inicio me puse a investigar. Para entender qué podía ofrecer la isla tradicionalmente, si había alguna empresa haciendo lo que yo estaba tejiendo y como hilar todos esos detalles.
Preguntando e investigando empecé a conocer tesoros gastronómicos que ni me imaginaba existían. Y descubrí paisajes que también se me escapaban en nuestra pequeña gran isla.
¿En qué se diferencia Handmade Tours con respecto a otras empresas que ofrecen excursiones gastronómicas?
Para mí el concepto de turismo gastronómico nace en la tierra, en el agricultor o en los productores. En Handmade Tours partimos de ese punto. Y respetamos la cadena de valores de los actores implicados, de todos los que conforman cada una de mis rutas.
La mayor de las diferencias creo que es el protagonismo dado a los productores, que son los anfitriones de las rutas. Yo sólo hago mi papel de traductor y dinamizador entre paradas, pero son ellos quienes lideran las rutas. En Canarias estamos tan acostumbrados a este tipo de actividades que no nos damos cuenta del valor que supone para un visitante, el patrimonio tan gigantesco que poseen nuestras tradiciones.
¿Nos podrías describir cómo sería un día de excursión contigo?
Un día de excursión conmigo, para empezar, son muchas risas y muchos sabores. La intención de mis experiencias es despertar los sentidos. Hacer que el visitante se detenga y aprecie el silencio del lugar, la belleza del sitio. O que conozca cómo estos productos que ahora definen nuestra gastronomía local se adaptaron a nuestro territorio, porque son ellos los que diseñan el paisaje agrícola.
La intención de mis tours es que los itinerarios sean circulares, para que entren y salgan por lugares diferentes de la isla, y vayamos haciendo diversas paradas gastronómicas. Desde negocios locales como panaderías artesanales, pasando por queserías, bodegas, almazaras… y todo ello que tenga un gran vínculo con nuestra historia y cultura, sin olvidarnos del protagonismo del paisaje y el clima.
Hay público ansioso de una experiencia creativa local
Todo ha sido cariñosamente seleccionado. Tanto las empresas involucradas como los paisajes. Intento por encima de todo estudiar a mi “competencia” y moverme por lugares que no están explotados turísticamente pero que no tienen nada que envidiar a los más populares. De todas maneras, creo que hasta ‘ayer’ nadie había considerado lo que hago como una forma de mi vida. Así que tampoco fue muy difícil diseñar las rutas desde el agroenoturismo.
Al volver de Londres te diste cuenta de que no conocías Gran Canaria tanto como querías. ¿Cómo empezaste a especializarte en turismo gastronómico y en enología?
Sí, tras tener claro el concepto de Handmade Tours empecé a buscar productos gastronómicos por toda la isla. Mi gran sorpresa, en muchos de los casos, fue encontrarme con localizaciones que ni hubiese pensado que existían.
Gran Canaria tiene decenas de barrancos que esconden paisajes inimaginables, pero sobre todo fui dando con producciones que jamás hubiese pensado encontrar. Hablaba con muchos productores y a su vez ellos compartían conmigo los negocios de otras personas extraordinarias, con proyectos muy deliciosos. Por ejemplo uno de los primeros que encontré fue en el Risco de Agate. Allá en una granja entre palmeras, en lo alto del risco, un señor con su inquietud maravillosa, especializado en yogures ecológicos naturales de leche de cabra. En esas inspecciones busco que los lugares no sólo sean desconocidos o recónditos, sino de gran belleza. Pero sobre todo, busco que puedan ser descritos a través de las propias producciones.
Luego, para aprender, vuelvo a mis profesores, escuelas, a la documentación. Todo lo que hoy defiendo de Gran Canaria, llegó gracias a mucha gente generosa y fuera de lo común, como los mismos productores, o como profesores de universidad que han compartido conmigo sus tesis, o estudios específicos en internet.
Aún existe poca documentación escrita que recoja las maravillas de nuestro patrimonio inmaterial y de nuestras tradiciones. Así que no ha sido una tarea fácil. Sin embargo, me ha mantenido bien entretenida. :=)
¿Qué has aprendido de los clientes en tus excursiones? ¿Qué mirada te transmiten ellos?
Lo primero que aprendí es que hay un buen montón de visitantes ansiosos de saber de esa ‘otra Gran Canaria‘ que no saben que existe cuando nos visitan. Y eso tenemos en común. La gastronomía, la cultura e historia local… hay un público ansioso de descubrir una experiencia creativa local.
Lo segundo que aprendí, cuando abrí mi empresa, es que tenía integrado muchas maravillas de nuestras islas como rutinarias. Por ejemplo, el mismo hecho de poder coger fruta fresca de un árbol. Ver un árbol con fruta. El poder entrar a una bodega y que nuestro anfitrión sea el mismo productor. O la misma diversidad de nuestros paisajes y climas.
Con todos aprendo cada día. Me enamora la calidad humana de las personas que me contratan, pero sobre todo, valoro mucho el poder haberme enriquecido tanto a través de los ojos de los clientes.
Handmade Tours cumple 7 años de actividad. ¿Cuál fue la clave para mantenerse tras los primeros años de emprendimiento?
Creer, confiar y pasar de largo los comentarios negativos.
Durante toda esa trayectoria buscaste empoderar a los agricultores, para que lleguen a considerar el turismo como nuevo recurso económico. En general, ¿cómo se acoge ese mensaje cuando lo compartes con ellos?
Mi experiencia con Handmade Tours verifica que sí existe un público que quiere contratar unas actividades más creativas, más cercanas al público y a la cultura local. Así que ya entro con piso firme a las reuniones con los agricultores o bodegueros.
Por otro lado, creo que se ha corrido la voz acerca de mi proyecto, de mi manera de trabajar y de la excelencia de mis clientes. Dicho esto, la acogida siempre es buena. Pero no debemos olvidar que ser agricultor, al final, es tener una empresa como el resto. También ellos se enfrentan a sus propios retos, como afrontar mercados más económicos, impuestos, etc. Entonces, sí, la transformación a la actividad turística es un reto que puede parecer grande, en primera instancia.
Como emprendedora también entiendo que los nuevos retos asustan mucho. Pero no hay que perder la esperanza nunca. Y hay que seguir apoyando a este sector primario, apoyarlo también en su promoción.
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La cooperación pública y privada acaba siendo primordial para potenciar actividades en el sector primario y terciario. ¿En tu caso colaboras con Ayuntamientos de la Isla?
He tenido reuniones con algunos ayuntamientos que sí muestran interés, pero luego los encuentros se han quedado ahí. En muchos casos no han creído que pudiera funcionar para potenciar el agroturismo, o bien porque no habría interés por parte de los agricultores y en otros casos por falta de recursos económicos.
¿Qué estrategias de comunicación crees hay que seguir impulsando para atraer viajeros que valoren ese modelo de turismo sostenible y respetuoso?
Principalmente le daría más visibilidad a todos los proyectos que ya se dedican a estas actividades, que son muchos, sumando el resto de pequeñas empresas de la isla que confían en mejorar nuestra economía dignificando sus trabajos. Sumaría sin duda el empoderamiento de nuestra marca de sol y playa con el enoagroturismo. Este último nicho reúne la participación social y la diversificación de nuestro turismo de masa, mejorando nuestra economía y revelando una cara nueva de la isla.
Podemos empoderar nuestra marca con el enoagroturismo
Hay que mirar de frente a los ODS 2030, para ganar un futuro sostenible en común. Y esa debe ser otra de nuestras prioridades.
Este año arrancaba un proyecto ilusionante, la Ruta del Vino de Gran Canaria, ¿cuál es la participación de Handmade Tours?
Sí, participamos. La verdad es que es todo un honor. Tras estos años trabajando con tantas bodegas he logrado ganar su confianza y me han llamado a participar en el proyecto. En Handmade Tours hemos demostrado el famoso “Know/how” con nuestros deliciosos itinerarios. Con creatividad en las experiencias y en su difusión. Trabajas de sol a sol, pero nunca reparas en el camino recorrido o lo que has crecido mientras aprendes a caer y levantarte del tirón… Así pues he podido ayudar a diseñar y crear los productos y experiencias de las bodegas que ya son socias de esta nueva maravillosa plataforma, de la Ruta del Vino de Gran Canaria. Un impulso tan necesario para los productores.
Nos hemos reunido con todas las bodegas y con socios aspirantes, para motivarlos en la actividad y aunar a todos en este proyecto común. Ha sido maravilloso ser parte del nacimiento de este nuevo valor de Gran Canaria.
Como emprendedora, como profesional autónoma, ¿cuáles han sido los retos más difíciles de superar en todos estos años?
El año Covid ha sido y está siendo el más duro. De hecho en estas semanas empiezo a tener presente que es más inteligente cerrar el proyecto antes que morir por estrés cada final de mes. No he tenido la fortuna de recibir ninguna ayuda, salvo la de mi Mutua, que apenas me da para pagar algo de mis gastos y la cuota de la Seguridad Social. Y el resto se ha convertido es un imposible que ya no tiene sentido por mi salud. Así que ando pensando en nuevas aventuras para renovar energías. Y si por fin se acaba esta historia, tal vez, retomar la actividad con más fuerza.
El año Covid ha sido y está siendo el más duro
Hay momentos en la vida que hay que saber terminar con amor. El mismo amor que le ponen nuestros productores a su trabajo. Espero que esto sea sólo un stand by…
¿Qué es lo que más te satisface de este trabajo Masequera? ¿Qué lo hace especial?
Me encanta ser embajadora de mi tierra. Me encanta ver a mis clientes con su cara de sorpresa al descubrir las rutas. O sus sonrisas golosas cuando prueban nuestros productos. Me hace sentirme feliz cuando logro contagiar a los productores con optimismo hacia la actividad turística. Y me hace feliz estar difundiendo que existe esa posibilidad y que se puede llevar a efecto con total éxito.
Me veo en un futuro cercano más involucrada en los ODS 2030. Formándome y formando. Ayudando y empoderando el concepto de agroturismo en el resto de las islas. Me gusta soñar que hay un futuro claro para la agricultura en Canarias, y que su puesta en valor está directamente relacionada con la transformación turística. Y que ese cambio, por fin, pueda aportar estabilidad económica para todos.
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*Conozca toda la oferta de Handmade Tours en su sitio web
Edición: Elena Castellano
Reportaje fotográfico: Arcadio Suárez