Astrid van Wijk: ‘Nuestro cliente tiene expectativas altas, quiere que se le cumplan los sueños’

Astrid abre la puerta corredera de la habitación del Seaside Palm Beach, y al mirar al horizonte no puede evitarlo. “Esta playa es una maravilla, es mi favorita, sin duda”. A sus pies, Maspalomas, sus Dunas, la Charca y el mar. Quizás este paisaje y este rincón de la isla fue parte del hechizo que enganchó a Astrid van Wijk, directora comercial & marketing en Seaside Collection. “Llegué a España para hacer dos meses de prácticas en Denia, y ya no me quise ir”, aunque confiesa, “en Gran Canaria fue donde encontré mi sitio”.

Astrid van Wijk nació en Holanda, y siempre lo tuvo claro, desde los 14 años decidió orientar su vida al turismo, a una carrera profesional que le permitió viajar y conocer culturas y lugares distintos. En la isla de Gran Canaria lleva asentada más de 30 años, y en Seaside Collection hará 15 el próximo mes de febrero. “Estudié turismo y luché mucho para poder venirme a España de prácticas, lo conseguí y ya no me quise ir”.

Trabajó de recepcionista, de guía turística, fue relaciones públicas, subdirectora de hotel, trabajó en el área comercial, como directora de contratación… Ella es referencia en un sector que ha visto transformarse y del que ha ido aprendiendo año a año. “En Gran Canaria somos muy profesionales en turismo y hay actividad los doce meses, y yo tenía claro que quería estar todo el año en España”.
 

En Gran Canaria somos muy profesionales en turismo

Tal y como confiesa, esta isla tiene otros atractivos, “un paisaje maravilloso, las dunas, esta maravillosa playa, una buena ciudad, y sobre todo gente amable”.

Aquí en Gran Canaria “se dan todos los ingredientes para vivir bien, y que el turista lo pase bien” y para ella eso es lo importante, “supongo que me enganché a ese romanticismo, el turista siempre suele estar de buen humor, eso es muy bonito”, asegura. “Tienes la posibilidad de ayudarle a que sus vacaciones sean realmente todo lo que esperaba” y a ella le enamoró ese contacto con la gente.

“También hay mucha responsabilidad”, apunta, “si nosotros no trabajamos bien, los demás caen y esta es una cadena muy larga”. La exigencia no es solo la del huésped, es también la suya como profesional, “nuestro objetivo es atraer al cliente y que este sea el adecuado para el hotel”, y sobre todo que “encuentre lo que quiere y regrese”.

 
 

 

 

 
 
 

En el Palm Beach el cliente es variado y muy fiel, con huéspedes que repiten temporada tras temporada porque saben que la marca siempre estará a la altura. “Este es un hotel de alta gama, con una clientela muy exigente, que tiene una expectativa alta y quiere que se le cumplan los sueños”. La clave es “quitarles toda preocupación para que se puedan relajar totalmente”.

Cumplir con esa clave es el secreto de la cadena y de este privilegiado hotel a orillas de la Charca de Maspalomas, pero es más, “es el entorno, y sobre todo la gastronomía, aquí la comida es algo mejor que buena”, bromea.

Producto local, recetas variadas, cocina de calidad, imaginativa, tradicional y de fusión, “hay todo un proyecto de kilómetro cero, con pequeñas fincas donde crece la verdura, la fruta y las hierbas”, porque “somos famosos por nuestra gastronomía, intentamos siempre dar ese pasito más, para ser los mejores y creo que lo logramos”.
 

Se nos reconoce por nuestra buena gastronomía

La dedicación y la atención al detalle, buffets variados, restaurantes a la carta, vinos y tapas, oferta de cocina mediterránea, barbacoa temática… “Los clientes destacan especialmente el servicio y la comida”. El Palm Beach también se saborea “y ese es uno de los motivos de que tengamos tantos repetidores aquí, porque el huésped realmente ve su expectativa más que cumplida y vuelve”.

 
 

 

 
Para Astrid, el éxito del Seaside Palm Beach, construido en los 70 y referencia de turismo de calidad es “el conjunto de todo”. Este hotel es más que un palmeral que termina en la misma piscina, unas habitaciones con vistas que quitan el aliento, es una experiencia, que dan a conocer en primera persona a su canal de comercialización. “A los agentes de viaje les invitamos a venir y después de dormir aquí, probar la comida y disfrutar del conjunto ya sienten la experiencia”.

Pero en un mundo cada vez más movido por internet, la venta online “requiere de un proceso más complejo”. “Vendemos mucho a través de turoperadores tradicionales pero a la parte online siempre es difícil llegar”, cuenta Astrid, para lo que Seaside Collection cuenta con su propio equipo especializado. Además de la inversión en marketing, “cuidamos mucho el trato al cliente, a quien respondemos de forma personalizada” un trabajo con el que han conseguido que “el huésped note que nos importa lo que piensa, que estén contentos es una cuestión de detalles”.

Esa atención del detalle trasciende pantallas, y comienza en el momento en el que el cliente entra por la puerta. Para la directora comercial de Seaside la primera impresión es también una prioridad. “Ya en la bienvenida intentamos que el cliente, desde el primer momento, se sienta cómodo, con una copita de cava, un refresco, el portero en la puerta que ya le quita las maletas, un check-in rápido y toda una serie de detalles en la habitación, una botella de vino, fruta, café… Siempre una bienvenida cálida”.

 
 


 
 
Apuesta por la sostenibilidad

Décadas en el turismo canario le han dado a Astrid la certeza de que el sector tiene plena capacidad para trabajar en la sostenibilidad, algo que el cliente valora cada vez más. “En Seaside Collection tenemos toda una campaña de sostenibilidad, usamos placas solares, hacemos todo tipo de ahorro de costes”. Esto es importante en la gestión del hotel, y también lo es para el cliente que “lo valora y lo ve importante, sobre todo desde el norte de Europa”.

“El turismo tiene plena capacidad para trabajar su sostenibilidad”

“La clientela valora mucho que seamos sostenibles, y que lo comuniquemos”, porque está cambiando la tendencia. “Hay gente que está preocupada por tomar un avión y el sector turístico está trabajando muy fuerte en este tema”, cuestión donde se muestra decidida y asegura que nuestra industria de la hospitalidad tendrá mucho que decir. “Dentro de poco tendremos muchas noticias sobre el Combustible Sostenible para la Aviación (SAF)”, adelanta.

Viajar “enriquece mucho y hay muchas maneras de ser sostenible”, para Astrid el turismo tiene una gran fuerza para avanzar en la sostenibilidad, “en trabajar y también en compensar” porque es un reto que “nos beneficia a todos”.

 
 

 

 
 
 
El valor de la experiencia

Astrid van Wijk se define a sí misma como “doña positiva”, como explica entre risas. Aunque la pandemia fue un episodio muy duro para el turismo siempre “tuvimos un objetivo claro”.

“No fue fácil”, recuerda, “la mayor parte del equipo estaba en ERTE pero los que seguimos trabajando estuvimos centrados en intentar abrir los hoteles y mantenerlos abiertos, el mayor tiempo posible”. Un hotel “siempre genera gastos, también cuando está cerrado”, y el fin era “buscar el equilibrio entre abrir para tener algo de ingresos y cubrir parte de los gastos, o dejar el hotel cerrado”, y no era decisión sencilla.

“Nos reuníamos cada semana y mirábamos las cifras”, rememora, pero para Astrid van Wijk en esto siempre hubo algo más que números, “es un sentimiento de corazón, de estómago”, esa intuición que dan los años de experiencia. “No son solo cifras, porque muchas veces las cifras te dicen cosas pero no lo dicen todo”. Cuando parecía que iban a tener que volver a cerrar, se dejaron llevar por su instinto y pidieron algo de tiempo a la propiedad para demostrarlo. Contra todo pronóstico, no solo mantuvieron abierto el Palm Beach, sino que pudieron continuar reabriendo otros hoteles de la cadena.

 
 

 
 

“Eso es lo que te trae la experiencia, el feeling, los muchos años que llevas en esto, que te cuentan que realmente no se puede medir todo por las cifras, hay que moverse un poco más con el corazón”. De la pandemia de la Covid-19, asegura, han quedado varias lecciones. “Hay mucha gente que ha empezado a hacer deporte, gente que antes no lo hacía o no lo hacía tanto, al igual que mucha gente ha aprendido a relajarse, a desconectar».

«Muchos se han visto encerrados y han llegado a la conclusión de no renunciar a viajar, a irse de vacaciones”. Y algo muy positivo, explica Astrid, “es que hemos aprendido a valorar mucho más lo que tenemos”.

 
 

*Seaside Palm Beach, Avda. del Oasis s/n 35100 Maspalomas. Gran Canaria.
**Más información en la web de Seaside Collection

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Texto: Laura Bautista /
Fotografía: Arcadio Suárez