La Cueva Pintada de Gáldar es una de las manifestaciones de arte rupestre más significativas de Canarias. Descubierta oficialmente en 1873, aunque desde 1862 ya se conocía su existencia. Una serie de recipientes cerámicos, idolillos, pintaderas y monedas, forma un conjunto de claves indicadas para entender la relevancia de este espacio que es Monumento Histórico Artístico. El Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada es resultado de más de 24 años de trabajos de excavación y conservación alrededor de un amplio conjunto arqueológico. Hoy, en la ciudad de Gáldar, se preserva, restaura, se estudia y promociona uno de los recursos patrimoniales más relevantes del archipiélago. Su directora-conservadora, la historiadora Carmen Gloria Rodríguez Santana, nos explica su valor.
La recreación de viviendas es otra de las herramientas interpretativas para entender las ruinas arqueológicas que, hay que confesarlo, “siempre son casi ilegibles si no se facilita la comprensión”, reconoce Carmen Gloria, directora del Museo y Cueva Pintada. “Que sea un ‘Museo de Sitio’, es decir, un Museo que está donde se ubica el lugar original que se muestra, en este caso la Cueva aborigen y sus pinturas rupestres, es uno de los valores relevantes”.
“Si tuviera que elegir un objeto de este lugar –algo que no resulta fácil- sería un recipiente cerámico en el que se refleja lo indígena y lo colonial. ¿El mestizaje? Así me gusta contemplarlo a mí”.
Quien nos habla es Carmen Gloria, Licenciada en Geografía e Historia, Doctora en Geografía e Historia por la Universidad de La Laguna. Obtuvo el Premio Extraordinario de Doctorado de la Sección de Humanidades de la Universidad de La Laguna, así como el Premio de Investigación Viera y Clavijo del Cabildo de Gran Canaria. Desde 2014 es directora del Parque Arqueológico Cueva Pintada.
¿Cuáles son los fuertes de este Museo y Parque arqueológico? ¿Qué aspectos lo diferencian de otros centros de este tipo?
Una fortaleza que nace de la propia naturaleza del centro es, que estamos en un museo de sitio… o como diría Celso Martín de Guzmán, impulsor de este proyecto, estamos en “el sitio del museo”. Es la gran baza con la que contamos: es este lugar el que fue transitado por las gentes que vivieron en el antiguo Agáldar. Es en esa Cueva Pintada en la que tuvieron lugar ceremonias y encuentros de gran transcendencia para la comunidad… y la vemos, desde el interior de una vitrina que nos acoge, pero la vemos y disfrutamos de su magia.
El Museo y Parque arqueológico Cueva Pintada cumple un papel muy importante para comprender la etapa previa a la conquista de la isla. ¿Cómo resumiría en pocas palabras esa etapa?
Es una larga etapa que se inicia en el momento en el que unas personas deciden dejar definitivamente su lugar de origen (en algún punto del Norte de África) para iniciar una nueva vida… en una isla.
Llegaron, probablemente, entre los siglos III y IV de nuestra Era, pertrechados con las especies animales y vegetales que podrían asegurar su supervivencia como grupo, pero también, con un bagaje cultural (de saberes, creencias, vínculos sociales…) que les permitirá explorar y apropiarse de este territorio insular; los paisajes indígenas se extenderán por la isla y con ellos una forma de vivir en sociedad singular y compleja.
¿Podría comentarnos de forma sintética qué se encuentra un visitante que realiza el recorrido por el centro?
En primer lugar, unas unidades expositivas en las que tanto con recursos audiovisuales como a través de las piezas recuperadas en este yacimiento (recipientes cerámicos, idolillos, pintaderas, monedas…) tiene unas claves para entender la relevancia de este espacio.
Después, recorrerá el parque arqueológico para contemplar el caserío de más de 65 casas y recintos diversos que se agrupan en torno a la Cueva Pintada, el lugar central y razón de ser de este museo. También podrá entrar en unas casas recreadas que constituyen una herramienta interpretativa de primer orden para entender las ruinas arqueológicas que, hay que confesarlo, siempre son casi “ilegibles” si no se facilita la comprensión.
A partir de la Arqueología construimos nuestra memoria colectiva
¿Qué objeto o elemento destacaría de la Colección del Museo y por qué?
Si tuviera que elegir un objeto de la colección de bienes muebles sería un recipiente cerámico que presenta orificios en la base, como si de un colador se tratase (¿una quesera?). Esta pieza puede sintetizar el encuentro entre dos materialidades que, en Cueva Pintada, están entrelazadas: la indígena y la colonial. Su factura y su decoración son típicamente canario-amaziges. En cambio, su forma recuerda los lebrillos que llegaron con esas primeras incursiones desde Castilla… ¿una pieza mestiza? Así me gusta contemplarla y “pensarla”.
[*En este enlace puede ver la pieza reseñada]
Desde el punto de vista museológico y museográfico, ¿cuál es el trabajo realizado del que se sienten más orgullosos?
Es realmente difícil escoger, pero creo que el programa realizado para celebrar el décimo aniversario de la apertura del museo. En él, el evento central fue la preparación de la exposición “El largo viaje… de Altamira a la Cueva Pintada”. Supuso dialogar a pie de igualdad con un centro museístico estatal y producir una muestra en ambas sedes. Este esfuerzo supuso que en Canarias se exhibiera por primera vez un conjunto de bienes muebles paleolíticos de gran valor… y que nuestras piezas viajaran también hasta Cantabria para dar a conocer nuestra singularidad arqueológica e histórica.
Y a nivel científico, arqueológico, ¿qué trabajo resaltaría?
Aquí en realidad hay que hablar de un intenso trabajo de equipo y en donde la labor de mis colegas Jorge Onrubia Pintado, profesor de la UCLM, y José Ignacio Sáenz Sagasti, conservador son igualmente esenciales. Juntos dirigimos el Plan de Investigación diseñado para este centro, que implica a un nutrido grupo de profesionales para el desarrollo de los programas y proyectos que en él se recogen. Sin duda, es de gran relevancia la tarea que emprendimos en el año 2014 para transformar un museo analógico en otro digital; en él una base de datos espaciales, es decir: georeferenciada, pueda recoger de forma integrada la información arqueológica y patrimonial. Este es uno de los grandes logros de estos últimos años.
En 2014 emprendimos la transformación digital del museo
¿Qué publicaciones destacaría de la Tienda Librería?
Sin duda alguna, la colección de cuentos “Las aventuras de Arminda”. La primera obra que editó el museo y parque arqueológico fue la primera entrega de esta serie dirigida a público infantil y familiar. En este año en el que el Gobierno de Canarias celebró el Día de las Letras Canarias, rindiendo homenaje a la figura de Dolores Campos-Herrero, es una satisfacción recordar cómo esta autora inició esa colección con su “Arajelbén (¡Hasta otro día!). De cómo se conocieron Arminda y Fernandillo”. ¡Cuántas satisfacciones nos ha dado este proyecto integral que incluye las adaptaciones dramatizadas de los cuentos para teatro de títeres!
¿Y de la artesanía? ¿Qué características tienen los objetos creados y los artesanos con los que tienen vínculo?
La persona que en la actualidad tiene la concesión de la tienda está especialmente sensibilizada con los artesanos y artesanas de la isla. El público que visita el centro suele pasear después por ese “Rincón de Arminda” (el nombre de la tienda) y encuentra joyería elaborada con variadas técnicas, trabajos de piel, madera y un buen conjunto de cerámicas realizadas por alfareras y alfareros con una trayectoria consolidada. Reconozco que por la cerámica siento una especial debilidad, esa tierra que es modelada o torneada para que sirva en nuestra vida cotidiana…
¿Qué Museos o Parques arqueológicos tiene como referente a nivel de gestión?
Desde un punto de vista de la gestión, siguen gustándome enormemente los museos de Cataluña, aunque no sean específicamente de arqueología. Grandes museos con grandes propuestas, pero también “mínimas” llenas de sensibilidad. Por ejemplo, el MNAC o el Museo Marítim. También el Museo de Prehistoria de Valencia es un referente importante, en especial en la forma de construir su nueva museografía.
¿Cuáles son las tareas que encuentra más complicadas y cuáles las más satisfactorias como directora?
La planificación. Pero entendida no tanto como programación de actividades, sino como tarea en la que encajar con equidad las acciones conducentes a la consecución de las funciones que debe desempeñar un museo. En realidad, es una de las tareas más complejas, y cuando compruebas que se va logrando, pues una de las más satisfactorias.
Como profesional imagino encontrará significativa la ciencia de la arqueología a nivel social. ¿Nos puede explicar esa relación?
La arqueología constituye la ciencia que estudia la materialidad que, fruto de múltiples formas de ocupar el territorio por parte del ser humano, recuperamos (generalmente de forma muy metódica) de las entrañas de la tierra… unas materialidades que resisten de forma tozuda el paso del tiempo. A partir de ellas construimos nuestra memoria colectiva.
Justamente la Arqueología Pública, con la que compartimos muchos principios, supone un ejercicio permanente y dinámico con el saber experto, pero también con aquél que sencillamente evoca el sentimiento, la curiosidad, los sentidos… La arqueología, como los museos, o es social o no tiene sentido alguno.
*Visite la web deMuseo y Parque Arqueológico Cueva Pintada.
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**Edición, texto: Eva González
**Fotografía: Leopoldo H. Santana