El Castillo de la Luz está a buen recaudo, en uno de los espacios calmos que se esconden entre el barrullo de la calle Juan Rejón y la hiperactiva zona portuaria. Es uno de los más relevantes recursos patrimoniales de la capital grancanaria. Y de la isla. Y del archipiélago. Un edificio histórico recuperado, que alberga desde 2015 la sede de la Fundación de Arte y Pensamiento Martín Chirino dirigida por Jesús María Castaño, la entidad que vela por la difusión de la obra del gran escultor del hierro: Martín Chirino.
Diremos que esta es una unión feliz, de las que hacen crecer a las dos partes. Porque la obra del escultor canario gana sentido allí, a dos pasos de los lugares de su infancia, entre los muros gruesos de este edificio histórico, a tres saltos del mar. Su Fundación cuida su legado, al tiempo que la solemnidad del Castillo de la Luz se realza, por la compañía de las piezas de metales curvos que imaginó Martín Chirino.
Jesús María Castaño afronta a diario un interesante desafío: Cómo las entidades históricas conviven con la dinámica de transformación de la civilización contemporánea. Asegura que requiere una reorganización y una reinvención permanente y competitiva. En esta entrevista, a través de sus respuestas, podemos conocer a quien dirige esta institución, que alberga parte de la obra del escultor canario, pero que sobre todo defiende y difunde su buen hacer. Una institución que amplía el mapa para su entendimiento.
Nosotros, por lo que nos toca, recomendaremos al visitante curioso que salte fuera de lugares comunes y se acerque a conocer, a unos pasos de Las Canteras, este centro museístico que incluye en su colección varias piezas donadas por Chirino a su ciudad natal. Fue su gesto de generosidad, el círculo que cierra. De su obra y de su legado hablamos con Jesús María Castaño.
El Castillo de la Luz es la fortaleza defensiva más antigua de Canarias. ¿Qué defiende hoy y por qué este espacio museístico?
Nuestra Fundación, desde el principio, se erigió como una plataforma de arte y pensamiento, concebida no sólo como una privilegiada ventana desde la que contemplar las diversas etapas de la obra de su fundador, sino también como un centro de Humanidades activo, abierto a la reflexión y el debate.
En el Siglo XXI, los centros de arte y museos se transforman en lugares que, además de espacios de exhibición, son sitios para la recepción de un público masivo y heterogéneo. Si a finales del Siglo XX –a través de la expresión de la arquitectura contemporánea firmada por audaces arquitectos estrellas– los museos fueron dramáticamente elevados a la estatura de catedrales, en el Siglo XXI, los museos y centros de arte, también se integran al ejercicio del estudio y al debate actual sobre la problemática y el destino del arte contemporáneo.
Complementariamente, la finalidad que da sentido a esta nueva Fundación canaria es contextualizar y promover el valioso legado de la cultura insular en el complejo mundo actual. Para ello, la obra de Martín Chirino, el artista canario con mayor proyección internacional, es un documento de primer orden. En un diálogo perfectamente escalonado, conforme al lema inicial, la contextualización abarca: Martín Chirino, las Islas Canarias y el Mundo.
Martín Chirino es el artista canario con mayor proyección internacional
La vitalidad de este proyecto radica en una corriente de las últimas décadas de dar nuevas alternativas a la problemática y el desafío de los centros históricos y edificios. Se trata de ver cómo podemos mantenerlos, aumentarlos, reintroducirlos.
La tendencia a una autosuficiencia basada en la conservación o reproducción es ilusoria. Nuestro objetivo tiene que ser el desarrollo, un proceso irreversible de transformación sobre transformación. En el caso de la Fundación de Arte y Pensamiento Martín Chirino hay, por supuesto, una tensión entre preservación de una herencia y el pedido de vitalidad continua que requiere la incorporación de la obra del escultor canario, tensión que ha quedado resuelta en una perfecta adecuación de las artes, es decir, arquitectura al encuentro de la escultura y de ésta al encuentro de aquélla.
¿Por qué cree Jesús M. Castaño que es el director de la Fundación de Arte y Pensamiento Martín Chirino? ¿Qué señales le llevaron a elegir este camino?
En el año 1996 tuve la oportunidad de conocer al escultor Martín Chirino y a toda su familia, la cual me acogió como uno más. Yo ya era por entonces abogado y me estaba formando como gestor cultural. Más tarde me licencié en Historia de Arte y Antropología, y de un día para otro me vi involucrado en el día a día del escultor, gestionando sus exposiciones, ventas, etc.
Si bien es cierto que al residir yo en Madrid junto a Chirino, no contemplamos que yo fuera el director, por tener que residir en la isla. Pero con el paso del tiempo, con todo el desarrollo del montaje, y viendo que cada vez tenía que pasar más tiempo aquí en la ciudad de Las Palmas, fue la familia, junto al escultor, los que me pidieron ser el director, como mejor representante de los intereses de la familia y garante de los fines fundacionales, a lo que accedí.
¿Qué representa el legado de Marín Chirino en el complejo mundo actual?
Es un legado de una vida plena dedicada a su oficio y a la gestión cultural. Chirino era un intelectual y artista que acompañó con su lucidez al desarrollo de la plástica de este país. Un hombre de una extraordinaria valía, que nos deja una huella imborrable labrada con profundos valores en una excepcional trayectoria, siempre ejercida con plena libertad y con una visión universal.
La aportación de Chirino a la cultura es incuestionable, gracias en parte a su carácter polifacético y visionario. Como dijo John Ashbery «Es un artista inclasificable y su obra desborda los géneros de todas las escuelas por su singularidad».
Chirino deja una huella imborrable, una excepcional trayectoria
Los que tuvimos la suerte de compartir pequeños y grandes momentos con él sabemos de su calidad como persona y de su buen hacer. Un herrero que siempre forjó el contenido que iba y venía a su mente respetando el lenguaje y su compromiso con la contemporaneidad. Una obra tras la que ocultaba una seria y profunda reflexión.
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¿Qué podemos encontrar en la exposición permanente del Castillo?, ¿qué destacaría usted?
Principalmente el corpus de la obra seleccionada y que Martín Chirino se fue reservando a lo largo de toda su vida, con el fin de que un día pudiera estar expuesta. Una obra que tiende a lo sublime; el hierro y su presencia, material duro y hermoso que lleva consigo el alma de todos los herreros fabuladores además de el peso de toda una reconocida mitología; el hierro en sus esculturas busca la manera de que cada vez importe menos la ejecución en favor del espacio imaginado. Obras escasas de materia que aspiran con dificultad poder sugerir la grandilocuencia del espacio del Castillo de la Luz. Preocupación y reflexión que hizo ante este imponderable.
El proyecto expositivo no muestra con un orden cronológico la obra del escultor. La obra se encuentra distribuida por el Castillo con un criterio de adecuación de las artes, es decir, escultura al encuentro de la arquitectura y arquitectura al encuentro de la escultura.
Aquí encontrará Obra que Martín Chirino reservó a lo largo de su vida
Como afirmaba el maestro, su escultura buscaba la manera de que cada vez importase menos su presencia en favor del espacio sutil que genera su desarrollo; toda ella está recorrida por un hambre de belleza, además de una identidad que le fue acercando cada vez más a sus orígenes; camino emprendido por un niño absorto ante la fuerza del mar, tumbado y soñando que tal vez algún día conseguiría mover el horizonte.
¿Cuál fue el primer impacto que recuerda del encuentro personal con Martín Chirino y qué emoción identificaría?
Como señalé antes, yo conocí al escultor en 1996, cuando aún era el director del CAAM, el primer museo de arte contemporáneo en la isla, que fue su proyecto personal.
Han pasado ya bastantes años, pero el recuerdo los mantiene asombrosamente cercanos, de aquellos primeros días en que pisaba por primera vez el estudio taller de Chirino justo en plena producción de lo que sería su primera exposición en la Galería Marlbourough. El espectáculo del recién estrenado taller de Morata de Tajuña y el de la naturaleza que lo abraza contemplado desde lo alto de su entrada, tienen todo el poder necesario para que no se borren fácilmente: esa mirada doble hacia el pasado que se refugia en la memoria y que rebrota ahora, veintiséis años después, me invitan a muchas asociaciones.
Pienso en esas gratas escenas que tanto me cautivaron y que no tardé demasiado en ver hechas arte sutil, pues me hallaba ante un poeta de la abstracción, ante un artista riguroso en la concepción formal del arte y con una personalidad muy influida por lo espiritual, cualidad que sabe transmitir a sus esculturas. Así, la crítica proclama que junto a Chillida y Oteiza, Chirino es el escultor más incisivo de su generación.
Chirino fue, junto a Chillida y Oteiza, el escultor más incisivo de su generación
¿De las actividades que se han llevado a cabo durante su ejercicio como director, ¿cuál destacaría?
Cada evento es un reto para mí, sobre todo cuando me inserto en disciplinas que no pertenecen a las artes plásticas, como son las escénicas, pero de las que me siento orgulloso del resultado.
Quedarán para siempre en nuestro recuerdo la intervención que Dácil González diseñó para nosotros, artista que un año más tarde recibió el Premio Nacional de Danza. También el homenaje a Bernstein de la mano de Anatol Yanowsky.
Ahora me encuentro inmerso en un proyecto que ya llevo desarrollando dos años y es la creación de esta Enciclopedia iconográfica, dedicada a la trayectoria y el alcance universal de nuestro fundador, Martín Chirino. Aunque el artista cuenta con un exhaustivo Catálogo Razonado, el proyecto de esta Enciclopedia permitiría una difusión de su valiosa obra en contacto más directo con el gran público, y en particular con el de sus raíces canarias.
Lo ambicioso de este proyecto, es que en él participarán especialistas de primer orden en la obra de Martín Chirino. Uno de los objetivos primordiales que se recogen en los estatutos de esta Fundación, creada en 2015, establece como su razón de ser “el fomento de la colección, el estudio, la difusión y la promoción del patrimonio artístico y de la figura y el magisterio creador de Martín Chirino, así como la completa catalogación de su obra”. A través de estos volúmenes iconográficos se potenciará, sin duda, la pedagogía no sólo del artista, sino también del patrimonio histórico y cultural canario,, ya que su obra indaga en los orígenes prehispánicos y en las características geográficas y paisajísticas de las Islas.
Con la presentación de cada monografía desarrollamos una exposición que contextualiza el trabajo de Chirino con obras de otros artistas y que solicitamos tanto a instituciones públicas como a coleccionistas.
¿Cómo definiría el enclave de la Fundación en el entorno de la Isleta, lugar de nacimiento de Chirino…?
La Fundación de Arte y Pensamiento Martín Chirino, desde su creación en 2015, se encuentra asentada en el barrio de La Isleta, en el Castillo de La Luz, una fortaleza medieval que se transformó en un centro de arte contemporáneo con características nuevas y estándares internacionales que no estaban presentes hasta el momento.
Desde el comienzo, la presencia de la Fundación creó un juego de tensiones en esa zona de la ciudad que con el tiempo se van distendiendo gracias a las condiciones museísticas de la Fundación que posibilitan la llegada de grandes exhibiciones históricas, muestras con patrimonios de colecciones importantes, que hasta el momento habían sido prácticamente inexistentes, y sobre todo al buen entendimiento con los vecinos y predisposición hacia nosotros.
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Le parece enriquecedora la relación que se da entre la Institución cultural y la sociedad canaria? ¿Hay participación e interés? Si es así, ¿cómo se consigue esa implicación?
Interactuamos con un público fiel que ya hemos afianzado desde nuestro comienzo y con otro nuevo que cada día nos va descubriendo. Me atrevo a señalar que contamos con uno de los mejores espacios museísticos de la isla y con unas características únicas y particulares. Tenemos una programación que ha sido reconocida por el Estado Español concediéndonos este año la Medalla de Oro de Bellas Artes. Nuestras exposiciones son bien recibidas tanto por el público en general como por la crítica especializada.
Creo que la implicación se consigue con una buena programación en la que la sociedad se vea involucrada y receptora.
El gesto de la espiral es universal. ¿Qué palabras, sonidos u olores usaría para hacer referencia a la espiral de Chirino?
Yo particularmente, para definir la espiral de Chirino de la forma que ustedes me piden, utilizaría el sonido del hierro. Un sonido que conocí en mi primera visita a su taller. Sonidos que empiezas a reconocer, y es porque, una vez que los escuchas, nunca los olvidas. Me refiero al sonido del martillo sobre el yunque. Nunca podré silenciar ese sonido para referirme a Chirino, incluso si ello supone un colapso absoluto de los límites y del sentido de la vida.
¿Hay alguna actividad presente o futura en la Fundación que recomendaría a la ciudadanía?
Acabamos de clausurar AFROCÁN, El Oráculo del Viento con dos exposiciones, una en nuestra sede y otra en Casa África. Inmediatamente montamos junto con el Colegio de Arquitectos una exposición de Fachico y De la Peña, y la programación de la Semana de la Arquitectura. Posteriormente retomamos el Aula de Formación Martín Chirino con la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria de extensión universitaria.
En este mes de octubre, y para las Fiestas de la Naval, este año colaboramos con la creación de un videomapping que se proyectará sobre la fachada del Castillo el día 14. Terminaremos el año con la exposición del trabajo desarrollado por nuestro residente Salvador García-Donaire durante su estancia este verano en nuestra institución.
Recomiendo que nos sigan a través de nuestra redes sociales y web oficial para estar al día de la programación de la Fundación.
Fundación de Arte y Pensamiento Martín Chirino, en el Castillo de La Luz, barrio de La Isleta, junto al Puerto de La Luz (Calle Juan Rejón, S/N. Las Palmas de Gran Canaria).
Horario:
De martes a sábado: 10:00 a 19:00
De domingos y festivos: 10:00 a 14:00
*Más info en: Fundación Martín Chirino.
**Edición, texto: Eva González /
**Fotografía: Leopoldo H. Santana