Un espacio cultural para reinventar los eventos corporativos en la capital grancanaria: el caso de Talleres Palermo

Talleres Palermo es muchas cosas al tiempo. Es un proyecto poco clasificable, que creció junto a la última ola de trabajadores en remoto llegados a la isla, con el barrio capitalino de Guanarteme como epicentro. Pudimos hablar con Ángel Fernández, uno de los promotores de este rincón efervescente que es al tiempo un centro cultural, un coworking, una tienda de objetos industriales, lugar de reuniones profesionales, espacio para eventos singulares, café-bar, huerto urbano, edificio recuperado y seguro que alguna cosa más…


¿Cómo nace Talleres Palermo?

Nace después de un proceso de evolución y adaptación al entorno desde nuestra anterior propuesta, que se llama POLONIUM209. Teníamos una tienda grande de muebles al estilo de los brocantes franceses y vimos la oportunidad de reaprovechar el amplio espacio disponible, con otras actividades complementarias muy diferentes, que se podían desarrollar en un espacio tan original como el que teníamos. Con esa premisa nos pusimos a pensar en el espacio ideal dentro de la ciudad. Cuando lo tuvimos claro, nos asociamos con dos amigos para poder hacer realidad el proyecto juntos.

 

¿Por qué Guanarteme? ¿Qué les interesó de esta zona de la ciudad?

Desde hacía años le teníamos echado el ojo al edificio de Talleres Palermo. Era como un amor platónico que siempre estuvo rondando por la cabeza. Además, la ubicación nos parecía perfecta, en el barrio de Guanarteme, donde se venía produciendo un movimiento renovador muy interesante en los últimos años, y a un minuto tanto de Las Canteras como de la zona comercial de Mesa y López. Estamos junto a las zonas más vibrantes de Las Palmas de Gran Canaria, accesible fácilmente desde cualquier lugar.

Estamos en una de las zonas más vibrantes de la ciudad

 

 

 

¿Cómo se hace para mezclar todo lo que organizan aquí y lograr que funcione?

La clave es la separación física de algunos espacios que funcionan independientemente y la buena coordinación de los contenidos de lo que sucede en el espacio principal de Talleres Palermo.

Eso requiere tener claro qué queremos proponer y cuáles son nuestras prioridades del negocio, para que el solape de las propuestas sea el adecuado y para que el cliente pueda disfrutar de todas ellas. En ese sentido, también es muy importante tener una buena estrategia de comunicación.

 

Las Palmas de Gran Canaria ha ganado un hueco propio entre los nómadas digitales y los trabajadores en remoto. ¿Pero qué recursos tiene la ciudad para atraer gente tan variopinta, de tantos lugares?

Supongo que son varias las condiciones que se dan para que el destino les resulte interesante: desde el tiempo que tenemos durante todo el año, a la buena conectividad con los países europeos de origen, el atractivo en sí de la isla, la seguridad del entorno en todos los niveles, etc…

En los próximos tiempos también van a sumar puntos la seguridad sanitaria y el tamaño medio de la ciudad, con sus amplios espacios al aire libre. Además, muchos clientes que hemos tenido con nosotros son surfistas enamorados de Las Canteras.

 


Quizás los profesionales del turismo, al menos los que venimos de empresas más tradicionales, no nos damos cuenta de la fuerza de la nueva cultura del trabajo que se está creando.

Yo también, hace 3 años, cuando conocí mejor ese entorno laboral, me quedé sorprendido del volumen de trabajadores que mueve el sector. Me di cuenta que había empresas por todo el mundo con miles de trabajadores sin sede ni oficinas fijas. Esa realidad, que ya existía hace tiempo, se va a desarrollar en el futuro inmediato de manera exponencial con lo que estamos viviendo a raíz de la covid-19.

 

Siguiendo con lo anterior, desde tiempo atrás fuimos viendo la explosión de otro cambio social, una corriente del ‘compartir’ que genera nuevas formas de consumo. En la forma de tomar vacaciones, de tener coche, o de tener oficina. ¿Con el covid ese cambio puede frenarse? 

Aún es pronto para saber el alcance real de todo este proceso. Todavía estamos en medio del problema sanitario, sin tener la solución definitiva y eso hace que la incertidumbre sea enorme. Evidentemente habrá muchas cosas que tendremos que hacer de forma diferente por un tiempo, pero no se puede saber exactamente hasta dónde llegarán los cambios.

En cualquier caso, quiero pensar que esa corriente generalizada de “compartir” no dará marcha atrás, de una u otra forma, porque, hablando en un sentido muy amplio, esa será seguramente la única vía de que todos podamos disfrutar de los recursos limitados que ofrece el planeta. La gente joven lo tiene muy claro. Y son ellos los que van a marcar la forma de estar y de consumir en los próximos años.

La corriente generalizada del ‘compartir‘ no tiene marcha atrás

 

¿Qué cosas son importantes para llegar a crear un espacio de coworking acogedor?

En nuestro caso, siempre hemos apostado por los materiales recuperados y por la fabricación artesanal para aportar calidez a nuestros espacios. También seguimos esa misma fórmula para el coworking de Talleres Palermo. Eso te hace sentirte en un ambiente reconocible y cercano.

Pero creo que para sentirte a gusto luego también necesitas que el ambiente de trabajo sea ‘relajado’, y que puedas llegar a conocer en mayor o menor medida a la gente con la que compartes el espacio.

Ah, por último, un detalle que no puede fallar a la hora de hacer un espacio agradable es, para nosotros, que la presencia de plantas sea protagonista.

 

 

¿Y cómo facilitan que las personas puedan trabajar bien?

La gente necesita un espacio propio amplio (ahora más si cabe en la nueva realidad que estamos viviendo). Espacios con mucha luz natural y con zonas comunes donde relajarse y hacer comunidad.

Creemos en esa mezcla, donde creamos condiciones de “aislamiento individual” pero donde también disponemos de zonas abiertas “amables”, donde intercambiar ideas y proyectos con otros usuarios del coworking y donde se facilita poder desconectar de las acciones más rutinarias del trabajo diario en tiempos cortos.

En nuestro caso tenemos una gran ventaja, contamos con dos espacios perfectos para la desconexión: el bar del Palermo en la planta baja y una azotea enorme, en la que estamos preparando un huerto urbano que empezará a funcionar en septiembre.

 


Los coworking tradicionalmente acogieron a gente relacionada con tecnología, desarrollo web, con profesiones creativas. Ahora con el boom del teletrabajo, ¿otros sectores meditarán el cambio?

Sí, el uso de los espacios colaborativos está ampliándose a profesiones que antes no estaban tan presentes. Al fin y al cabo, es un espacio de trabajo válido para cualquier profesional o para cualquier pequeña empresa que no necesite más que una mesa y un ordenador para trabajar. Por ejemplo, en Talleres Palermo tenemos personas que trabajan en sectores muy diferentes, desde arquitectos a consultores, informáticos o agencias de turismo.

La expansión del teletrabajo es imparable y ahí los espacios de coworking tienen mucho que aportar. Hay mucha gente abocada a teletrabajar y que no puede tener las condiciones óptimas en su propia casa. Hay que buscar fórmulas flexibles y espacios atractivos para dar respuesta a esa demanda presente y sobre todo, futura.

En Canarias se acaba de formar la ACEC (Asociación Canaria de Espacios Colaborativos), de la que formamos parte, para conseguir, entre otras cosas, dar más visibilidad a este tipo de espacios de cara al nuevo escenario laboral que tenemos ya encima.

La expansión del teletrabajo es imparable

 

 

 

¿Qué puede ofrecer Talleres Palermo a las marcas? ¿Qué ofrecen sus espacios de reunión frente a otros más convencionales?

Talleres Palermo forma parte del Gran Canaria Convention Bureau como ‘Espacio Singular’ para la celebración de eventos corporativos. Esa definición es perfecta para lo que representamos: algo diferente y único. No hay ningún espacio como el nuestro en Canarias y ese es nuestro mayor valor para el cliente: al desarrollar su evento aquí consigue una experiencia completamente original. Aparte del hecho diferencial de la singularidad, ofrecemos un espacio sostenible, en un lugar recuperado del abandono.

También es singular la creatividad que se respira en este espacio y su flexibilidad para albergar diferentes formatos. O el efecto sorpresa que genera en el asistente al evento, o su ubicación perfecta en el centro de la ciudad. Son puntos que valoran los clientes a la hora de decidirse a organizar su evento en Talleres Palermo.

 

 

¿Qué tipo de eventos vendría bien sumar a la ciudad?

La ciudad en general tiene buena oferta de eventos públicos, al aire libre y en grandes recintos como el Auditorio o los teatros, aunque siempre hay margen para seguir mejorando. Lo que sí echo de menos es contar con formatos no tan masivos, que puedan desarrollarse en multisede y utilizando espacios independientes y más pequeños, interconectados entre sí. Ahí podrían entrar en juego propuestas parecidas a la nuestra.

Pero lo que desde luego le falta a la ciudad son más locales privados en los que puedan llevarse a cabo propuestas artísticas, sin que tengan por qué ser masivas. Desde pequeños conciertos, a microteatros o proyecciones.

Hace falta proactividad y ayuda por parte de lo público, para que desde lo privado se puedan promover ese tipo de eventos culturales, tan enriquecedores y necesarios. En ese aspecto creo que estamos aún muy por detrás de otras grandes ciudades españolas y europeas.

 

 

 

También se necesita una mayor flexibilidad por parte de las Administraciones para el aprovechamiento de espacios públicos en eventos de carácter privado. Entiendo que no es una cuestión sencilla de abordar, pero ayudaría mucho a los organizadores de eventos de la industria MICE a promocionar Las Palmas de Gran Canaria como un destino aún más atractivo en el futuro.

 

¿Qué nuevos contenidos puede demandar hoy la gente joven?

Además de esa mayor oferta de eventos culturales y artísticos en espacios ‘alternativos’ que comentaba antes, creo necesitan eventos más participativos, en los que el público también pueda sentirse protagonista, creando y aportando su visión del mundo.

En cuanto a los contenidos, aparte de los modelos de eventos tradicionales, hay muchos temas que interesan a los jóvenes y en los que pueden aportar más que la gente mayor. Y estoy pensado en eventos relacionados con el medioambiente, la sostenibilidad, con sus ideas de cómo afrontar los retos del futuro, y todo ello con una presencia importante de la tecnología, a través de eventos híbridos u otras fórmulas innovadoras.

 

Las ciudades de tamaño medio corren el riesgo de quedar fuera de la corriente de industrialización alrededor de Internet; las industrias creativas tienden a concentrarse en capitales. ¿Qué necesitaría nuestra ciudad para retener talento?

Hay bastantes cosas que pueden hacerse encaminadas a mejorar el nivel de las industrias generadoras de empleo. Para atraer talento tenemos dos vías; o bien generamos un tejido industrial atractivo y con alto valor añadido, que sirva de polo de atracción basado en las nuevas tecnologías, -y como pequeño ejemplo está la apuesta por las empresas de animación dentro del sector audiovisual-, o bien potenciamos la ciudad como destino para los millones de teletrabajadores cualificados que potencialmente podrían escogernos para vivir y trabajar.

Hay margen de mejora en la oferta de ocio

Aunque en mi opinión, además de intentar atraer talento, hay trabajo que hacer para tratar de retener a los jóvenes con talento que se tienen que ir de la isla por falta de oportunidades laborales decentes. Es algo que se me escapa bastante, pero veo gente muy válida que se marcha para desarrollarse profesionalmente. Lógicamente hay muchos factores que influyen en esa realidad, pero se necesitan planes estratégicos a medio plazo para que el tejido industrial y el mercado laboral suba unos cuantos escalones. Eso nos ayudará también a convertirnos en un destino más atractivo.

Aparte, desde nuestro prisma, hay mucho margen de mejora en la oferta de ocio para los jóvenes, en los fines de semana. Y margen también para hacer de la ciudad un espacio más amable con el ciudadano y por tanto, con el visitante.

Siempre me acuerdo en esta reflexión de la apuesta de París al promover con sus vecinos la creación de rincones verdes, por todas las calles de la ciudad. Por ejemplo, ¿te imaginas la visión de Las Palmas de Gran Canaria, con sus miles de azoteas abandonadas, reconvertidas en huertos y jardines urbanos? ¿Sería o no sería más atractiva la ciudad, incluso como destino turístico?

 

Desde la llegada del turismo, en los 60, Las Palmas de Gran Canaria está en proceso de reinvención. Es una ciudad muy cambiante. Y quizás por eso tendemos a pensar que vivimos en un pequeño ‘melting polt’ ¿Tú ves Ángel ese cosmopolitismo de la ciudad como algo real?

Sí, totalmente. La mezcla de culturas que se vive en esta ciudad llama la atención al que la conoce por primera vez. Y es algo como para sentirse muy orgulloso para los que vivimos en ella. Es una ciudad que se adelantó a algo que ahora ya es habitual en muchas ciudades, pero en la que fue pionera, al menos en España. Yo soy de Madrid, que es una ciudad parecida en ese sentido, y creo que ese punto cosmopolita es un añadido importante a la experiencia del viajero.

La mezcla de culturas llama la atención al llegar

 

 

Es difícil saberlo, pero ¿crees que la generación más joven renunciará a viajar con tanta frecuencia como se hizo hasta ahora?

Por convencimiento o por imposición, creo que el modelo actual de transporte a nivel global va a cambiar en el futuro y por supuesto, esto será algo promovido o vivido sobre todo por ellos, por los jóvenes.

Incluso a día de hoy sí creo que se va a viajar menos, pero quizá también esté influido por el shock que está suponiendo la crisis de la covid-19…Sinceramente no sé exactamente cómo afectará en nuestro caso, donde, además del futuro incierto al que nos enfrentamos, la condición insular lo determina todo.

 

 

 

Conozca todo lo que ofrece Talleres Palermo aquí.


*Reportaje gráfico: Bea Rivero